Desde que se empieza en el mundo laboral, existen unas obligaciones de pago que hay que cumplir, detrayéndose de nuestra retribución mensual unas cantidades en concepto de retenciones a cuenta del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas y también en concepto de cotización a la Seguridad Social, ambas de obligado pago.
¿Sabes realmente qué son las retenciones por IRPF?
Las retenciones por IRPF son las cantidades que se detraen mensualmente de nuestra nómina y que la empresa pagadora de nuestros rendimientos del trabajo ingresa por nuestra cuenta en Hacienda como “anticipo” de nuestra declaración anual del IRPF. No sólo existen retenciones sobre los rendimientos del trabajo, es decir sobre nuestras nóminas, también se practican retenciones sobre otro tipo de rendimientos como los del capital inmobiliario (alquileres de inmuebles) o sobre los del capital mobiliario (intereses bancarios, dividendos, rendimientos de acciones, etc.), todas ellas enfocadas a anticipar la liquidación anual del impuesto que cada contribuyente por el IRPF tendrá que obligatoriamente presentar siempre que supere determinados límites, durante el periodo de Abril a Junio del ejercicio siguiente al que se obtienen los rendimientos.
¿Cuál es el porcentaje de retención?
El porcentaje de retención depende del tipo de rendimiento que se esté percibiendo, es decir, no se aplica el mismo tipo de retención a los rendimientos del trabajo que a los del capital, ya que mientras a los primeros es aplicable un tipo progresivo en función de la situación familiar y volumen de rentas, sobre los segundos es aplicable un tipo fijo sobre la renta bruta, dicho porcentaje está fijado actualmente en el 19%.
En cuanto al porcentaje de retención aplicable a los rendimientos del trabajo, hay que tener en cuenta que dicho porcentaje debe ser establecido por el pagador de las rentas teniendo en cuenta la situación personal y familiar de cada perceptor y su volumen de ingresos anuales, estas circunstancias son las que determinarán, aplicando la escala progresiva del impuesto aplicable en cada ejercicio, el porcentaje de retención que cada perceptor soportará al percibir sus rendimientos, es decir, que porcentaje se nos detraerá del la nómina bruta y será ingresada en hacienda por nuestra cuenta por la empresa pagadora de los mismos.
Para determinar el porcentaje de retención aplicable, la empresa pagadora de nuestros rendimientos debe de solicitarnos la cumplimentación del modelo 145, un modelo en formato formulario en el que cada trabajador comunica a la empresa sus circunstancias familiares y personales con ánimo de que ésta pueda establecer el porcentaje de retención aplicable a su caso particular. Si la aplicación de dicha escala de retención se realiza correctamente y no existieran elementos reductores de la tributación como las deducciones o reducciones, el resultado de nuestra declaración anual del IRPF una vez descontados las retenciones pagadas a cuenta debería ser cero o cercano a cero, si bien, esto no es lo habitual porque como ya se ha dicho a la hora de confeccionar nuestra declaración anual del IRPF suelen aplicarse deducciones y/o reducciones que acabe por generar devolución a nuestro favor de parte delas retenciones soportadas o por el contrario que se incorporen a nuestra declaración rendimientos no sujetos a retención en origen que aumenten la tributación y resulten en una cantidad a ingresar a favor del Agencia Tributaria.
¿A qué se destina este Impuesto?
Este Impuesto se recauda año tras año con el objetivo de cubrir diferentes cuestiones de carácter público, como por ejemplo el pago de las pensiones, o la inversión en sanidad, educación o medio ambiente. Además, también se destina a satisfacer inversiones en infraestructuras o para el pago de subvenciones agrícolas o de ayuda a emprendedores.
Hay que tener en cuenta que el IRPF se encuentra actualmente cedido en parte a cada Comunidad Autónoma, de manera que cada autonomía puede variar la escala autonómica del impuesto y percibir por ella la recaudación correspondiente.
Esta escala autonómica varía en cada Comunidad Autónoma, por lo que no tributa lo mismo un residente en la Comunidad de Madrid que uno de la Comunidad Valenciana o Cataluña. Actualmente la Comunidad de Madrid es la que menos grava a las rentas altas, todo lo contrario que en la Comunidad Valenciana o Andalucía que son las que más gravan este tipo de rentas, o Cataluña que es la comunidad que más presión fiscal ejerce sobre los contribuyentes con rentas más bajas.
La campaña de la renta 2019 empieza el próximo mes de Abril, por lo que te recomendamos comenzar a buscar ayuda profesional de un asesor fiscal que te ayude a preparar tu declaración anual del IRPF con garantías y aprovechando los máximos beneficios fiscales aplicables a tu caso concreto. Ponte en contacto con AFILCO ASESORES y pide información, te atenderemos sin compromiso.